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Las Siete Cuerdas de la Lira

                                                Alberto Masferrer



MASFERRER Y SU ILUMINADA FUERZA INTERIOR


Se conoce mucho a don Alberto Masferrer como maestro y conductor de multitudes, como escritor empeñado en despertar la embrionario conciencia de su pueblo; pero se le conoce menos como hombre que busca frente a los grandes misterios de la vida una luz interna y conductora, y dice humildemente al encontrarla: "Ojos limpios requiere la Verdad. Y puesto que la mente anda enlazada con el alma y el cuerpo en unión íntima y perenne, si el alma y el cuerpo van recargados de impurezas, la visión mental resultará escasa, turbia y vacilante. Según la pureza de tus ojos así verás."
Un inspirado poeta dijo que los ojos del hombre son el fulgor -en lo físico- de lámparas interiores que los humanos traen a la tierra, de patrias celestes. En esto, que parece tan sólo la invención de un soñador, encuentran las personas intuitivas oculta enseñanza. Hay ciertos libros sagrados que deben leerse en silencio meditativo, si buscamos la misma luz que perseguía Masferrer. Libros sabios que no dividen con sus dogmas, ni imponen a nadie sus preceptos. Son guardianes de las más puras esencias de la siempre deseada religión universal, en la que los atributos de lo divino se revelarán suavemente dentro del hombre, y por medio de la cual esta humanidad cargada de violencia ha de gozar, al fin, los beneficios de una segura y armoniosa fraternidad. Don Alberto había leído los libros a que me refiero.
Las ideas contenidas en ellos se le volvieron sangre de acción. Pocos hombres en Centro América han obtenido un espíritu religioso tan sabio y tan libre, como el de este maestro salvadoreño. La libertad era para él única meta de la evolución en la que experimentamos la vida y crecemos espiritualmente, puesto que cada paso en la escala evolutiva es una nueva conquista de la libertad, tanto entre los humanos como en cualquier otro reino de la naturaleza. Sin embargo, jamás confundió Masferrer la libertad con el libertinaje, ni el establecimiento de la justicia con el odio vengativo. Anunciaba o celebraba la luz que prepara dentro de nosotros ámbitos generosos y nobles, y señalaba o amonestaba con palabras de profeta bíblico a los que se obstinan en mantener cerrados los postigos del alma. Un profundo sentido de religiosidad lo obligaba a respetar toda forma viviente, y escribía para aquellos que creen saberlo todo: "Nos imaginamos que entender, es la función más alta que puede hacer mente. Como si entender no fuera una limitación. Como si conocer, no fuera posible, sino tras de un laborioso y enojoso pensar. Como si ver, no fuera mejor que tocar; y sentir, que ver; y entender, que sentir; e intuir, que entender; y creer, que intuir; y ser, que creer... " y para explicamos con claridad lo que es la Verdad, decía lo siguiente: "¿Enalteció su entendimiento y purificó tu corazón? Entonces, era la Verdad."
Dos de sus libros, LAS SIETE CUERDAS DE LA LIRA Y HELIOS parecen nacer de estudios sobre una clase especial de conceptos religiosos, y tal vez de experiencias místicas. Por lo tanto, no podemos juzgarlos con criterio materialista. Recordemos que más allá de la inteligencia razonadora y de los fenómenos naturales que nuestros sentidos pueden comprobar, hay moradas sutiles que conocen y visitan seres humanos como Teresa de Ávila o Ramakrishna, y que la ciencia moderna ya empieza a descubrir.
"No sabemos lo que es el Espíritu" -escribe en el primero de esos libros don Alberto-. "Es tan difícil imaginar qué es, y cómo es, que cuanto más se empeña uno en lograrlo, más densas se tornan las sombras que le envuelven." "No sabemos lo que es el Espíritu.
No lo sabremos mientras permanezcamos encerrados en formas tan espesas y oscuras como ésta en que ahora vivimos. Lo iremos reconociendo más y más, según nos espiritualicemos, según vayamos ascendiendo en la escala de la existencia, pues solamente la luz, es capaz de saber a perfección qué es la Luz." "No sabemos lo que es el Espíritu, pero sí sabemos que el Espíritu es, y aún creemos que sólo él es, sin tiempo ni medida, en la eternidad y en la inmensidad." Estas afirmaciones -que parecen las de un vedantino- son la iluminada fuerza interior de Masferrer: su voluntad de servicio, su impulso poético y su gran anhelo de superación.
LAS SIETE CUERDAS DE LA LIRA - editado por la Dirección General de Publicaciones - trae en sus páginas vibrantes mensajes inspiradores. Ojalá sepamos recibirlos -sin perder ninguno- en nuestros corazones agradecidos.
                                              
                                                                                                     CLAUDIA LARS.


                                                     
Fuente: Masferrer, A. (1963). Las Siete Cuerdas de la Lira. San Salvador: Dirección General de Publicaciones

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