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Jodiendo en Serio: Cartas y Cartones de Paolo y Alecus

                                                           Arnd Luers y Ricardo Clement

Carta a Paolo
Prólogo de Horacio Castellanos Moya, escritor / Pittsburgh, 23 de diciembre de 2010

Paolo,
Cuando hace casi dos años el Choco me envió un email en el que me informaba que entonces vos habías empezado a escribir cartas dirigidas a funcionarios públicos en un periódico popular, mi primera reacción fue de desconcierto. ¿Qué le ha sucedido a Paolo?, me pregunté consternado, ¿de dónde le ha salido esa vocación de secretaria o mecanógrafa para estar escribiendo cartas? Pronto por supuesto me avoqué a tu sitio web a ver de qué se trataba. Para qué te voy a mentir: lo que leí no fue suficiente para sacarme del desconcierto. Eran, por supuesto, las primeras cartas y no me quedaba claro el propósito; desconocía yo, además, el formato epistolar adaptado como columna de opinión. Con el paso del tiempo, el sentido de tu aventura se me fue haciendo claro y luego vos mismo me explicaste que la columna periodística con formato epistolar ha sido muy popular en Alemania.
Ahora, luego de dos años de mantener un ritmo de tres cartas semanales en el periódico, te animás a compilar un libro con 120 cartas escogidas e ilustradas por las caricaturas de Alecus. Me alegra, pues aunque algunos sostengan que publicar recopilaciones de columnas periodísticas es fatuo dada su efimeridad, a mí me parece que el ordenamiento y empaquetado en forma de libro de una producción intelectual sistemática le ofrece una mayor perspectiva y visión de conjunto no sólo al lector, sino también al autor.
Digo yo que el éxito de tus cartas depende de factores sencillos, pero contundentes: su brevedad, la interpelación directa, el lenguaje coloquial que baja del pedestal a las figuras públicas y la audacia en el abordaje de los temas. Los que te conocemos podemos afirmar que escribís esas cartas tal como hablás, con ciertas sinuosidades sintácticas procedentes del alemán y con los énfasis y las expresiones del salvadoreño común. Tu reto consiste, supongo, en que el tono coloquial no se te convierta en chabacanería, en que la interpelación directa no se te convierta en insolencia.
Me atrevería a decir que tus cartas contribuyen a la construcción de una cultura política nacional, en la medida en que le recuerdan a los funcionarios que deben rendir cuentas y a los ciudadanos que deben exigir esa rendición de cuentas. Me gustan las cartas en que lográs meter al funcionario en el problema humano preciso, como cuando invitás al ministro Héctor Dada a que se vaya a tomar una gaseosa con vos a la tienda de doña Cande en Suchitoto, para que comprenda las consecuencias de su política de establecimiento de criterios para el subsidio del gas. No hay lector que no agradezca ese texto. Pero claro está que las cartas más sabrosas son aquellas en que ponés en evidencia la gañanería, inescrupulosidad y desvergüenza de los funcionarios públicos empeñados en verle la cara de baboso al ciudadano, cuando desnudás al funcionario marrullero enredado en sus triquiñuelas.
Jodienda en serio decís que se va a llamar el libro. Ya sabés que poco me gustan los gerundios, pero creo que con ese título le has agarrado cabalito el sentido a la idiosincrasia del salvadoreño. En el prólogo de su novela Pobrecito poeta que era yo, Roque Dalton menciona con regocijo la tesis con la que mi tío Jacinto Castellanos Rivas explicaba el acontecer nacional: "El concepto por joder como motor de la historia en El Salvador". Hacemos las cosas, pues, por joder. Los que gobiernan se cagan en el prójimo, por joder; se güevean el pisto, por joder; se escudan en las más increíbles mentiras, por joder. Por eso es válido, necesario y saludable que alguien esté chinga quedito, dale que dale, jodiéndolos en serio, desde el descampado.
Dicen algunos que tus cartas evidencian que te has hecho de derecha porque criticás al gobierno de izquierda. Ese lamento me suena viejo. Ya sabemos que definirse de derecha, de izquierda o ambidiestro no es garantía de honradez en el manejo de la cosa pública, ni de talento en la gestión. Y vos comprendés mejor que cualquiera que el peor error de un columnista es perder su independencia. Por eso, dale, seguilos puyando, a todos los que vivan de usufructuar los impuestos pagados por el pueblo, que no se te oxide tu "detector de mierda", como llamaba el viejo Hemingway al instrumento indispensable para todo escritor, un aparatico que también sirve a los periodistas. Y cuando salga publicado el libro, envíame un ejemplar.
Aquí me tomaré una copa a tu salud. iGesundheit!

Un abrazo,
Horacio.

¡Así es el MÁS!                  
Prólogo de Rafael Cerna, director del periódico MÀS.


Pienso, y disculpen si me equivoco, que en términos editoriales en un diario no hay mejor joda que una caricatura. Eso de ver dibujado a un personaje público en situaciones comprometedoras, difíciles, ásperas y a veces vergonzosas, para los lectores resulta chistoso.
¡Y chistoso también resulta para uno de editor! Ese nivel de crítica es un arte, y lo disfrutamos incluso los que no sabemos de arte. Por eso, sostengo que Alecus es un artista. Contemporáneo y de los mejores en su género y estilo. A las pruebas me remito, que esas no me dejan mentir.
Cuando hace poco más de dos años se decidió reabrir en Más! el espacio para las caricaturas, sonreí. Cuando este chavo, Ricardo Clement, aceptó ser el autor, entonces solté la carcajada. "Ya la hicimos", pensé. Y, de verdad y por fortuna, no me equivoqué. La hicimos, como diario popular, al incorporar a Alecus como colaborador. Y para rematar, el mismo día de la publicación del cartón se decidió incorporar un artículo de opinión, escrito como una carta personal, cuyo autor es un maestro de la irreverencia, Paolo. ¿Tanta jodarriajunta y en un diario?, ¡sí!, ¿y por qué no? Así es el Más! Desde aquel enero ya pasaron más de 300 cartones y 300 cartas. Y hoy, por ingenio de alguno de ellos, o de ambos, se compilan las 120 obras más irreverentes e ingeniosas que han pasado por las páginas del diario. Eso es jodarria pura. Estoy obligado a reconocer que cuando Alecus me pidió que escribiera algo a manera de prólogo para "Jodiendo en serio", el libro, me sentí halagado. Y de pronto, me embargó el temor. Razones hay de sobra. Pero, en fin, colaborar con la causa de la jada de estos dos señores bien vale la crítica y hasta las achicadas, así que aquí están las líneas que el artista me pidió.
No sé cuántos cartones más publicaremos, ni cuántas cartas más imprimiremos. Ojala que sean un montón. Los lectores nos merecemos disfrutar del arte de la caricatura y de los escritos.
¡Ah!, y vos, Paolo... ¡de plano que te pelás con las cartas!
Salud para ambos.
lo que sigue, señores, es puro arte del popular. Disfrútenlo.


Fuente: Luers, A.  y  Clement, R. (2011). Jodiendo en Serio: Cartas y Cartones de Paolo y Alecus. San Salvador: Editorial Cinco.

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