Ir al contenido principal

El Señor de la Burbuja

                                                           Salarrué


                                                      El Encuentro


Fue en una vuelta del camino (cualquier camino) que me habló.
Había allí una sombra y ambos nos detuvimos y nos hablamos.
Al principio temí no sé qué de este hombre raro.
El camino estaba solo
y silencioso.

Y el sol crudo hacía brotar la flor de la sed.
Yo era el más joven, el más fuerte, pero ante la
mirada verde de aquel viejo temblé de pies a cabeza

y humillado le escuché.
Venía de muy lejos; iba, no sabía dónde; estaba a
solas conmigo y era preciso que yo le escuchara.
¿Quién era este loco? ¿Qué pretendía?

Me habló como si hablara con el mundo.
Rugió, gritó, rió bárbaramente y por último estaba llorando.
Supe su historia: es ésta.
Supe su credo: es ése.
Habló de su más grande amor: era Aquél...
y hablando se agigantaba.

Era su boca un venero de amor y de belleza.
Y se olvidaba de mí.

Empezó hablando conmigo y acabó hablando con Dios.
Pero yo recogía las letanías de su éxtasis en el corazón.
Harás de tu alma una flor y tuyo será el Reino.
El gran jardinero caviloso sembró en su barro proficuo de carne la simiente divina.
Bajo su invernadero azul, plantas fueron las almas.
Dió frutos el cientista y sus frutos maduraron y
se
perdieron.
Y espinas el usurero y el guerrero.
Sombra grata el filántropo.
Bálsamo el buen Samaritano.

Y el poeta dió la flor.
Jesús fué la flor y su perfume aún se aspira.
La flor que da sin recibir.

La lámpara en medio de la noche oscura es la única
que se queda en tinieblas.
Dame ser una flor.
Dame ser una lámpara.

Mis raíces están en lo hondo de la carne.
Y mi savia de ideal y de fe vibra en la virtualidad de la flor.
Abiertas alcé las manos para elevar mi potencialidad creadora.
Muy alto alcé las cejas para elevar mi pensamiento.
Y todo te fué ofrecido.

Era la melancolía ardiendo en mí por ti.
Y con rocío de lágrimas se entreabrió la flor de mi palabra.
Y de ella se escapó el aroma de tu nombre sagrado.


Fuente: Salarrué. (1956). El Señor de la Burbuja. San Salvador: Ministerio de Cultura, Departamento Editorial

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Hola buenas tardes soy Salvadoreño y quisiera una copia completa de el señor de las burbujas a donde la puedo comprar
Unknown ha dicho que…
Creería que en la Dirección de Publicaciones.
San Salvador
Unknown ha dicho que…
Por cierto visite la casa Salarrue en los Planes. Es una experiencia singular.

Saludos.

YoEl

Entradas populares de este blog

Escuela de Pájaros

A LA VIBORA, VIBORA... A la víbora, víbora, de la mar, por aquí quiero pasar. Las olas que se acercan, las olas que se van, y detrás de las olas, las olas más y más... Escamas de arco-iris, escamas de metal. ¡ya se durmió la víbora, ya quiere despertar! Camino de mi frente -caminito especial- si de mi frente sale, ¿quien lo puede alcanzar? En menos de un segundo conoce la ciudad; en lo que cierro un ojo por el aire se va; siguiendo mariposas deja juegos atrás y toca de repente, la víbora de la mar. Aunque niño me llamo y no puedo nadar muchas islas descubro sentado en mi diván. Al agua marinera, que baila por bailar, sin mojarme la blusa la puedo atravesar. Caballito marino, caballito de sal, con brida de canciones te logro sujetar. ¿En dónde llora y llora la niña tempestad? ¿En dónde crece, rojo, el árbol de coral? Iremos galopando -rataplán, rataplán- caballo de los tumbos, que sabes galopar. ¡Qué praderas de espuma! ¡Qué montañas

Sara Palma de Jule

                                                             Sara Palma de Jule Nació en Santa Ana. Se graduó como maestra normalista en la Escuela Normal "España", habiendo obtenido el primer lugar de su promoción. Colaboró con  El Diario de Hoy con la "Revista Dominical" de La Prensa Gráfica. Durante varios años trabajó en las Empresas DIDEA, donde fungió como secretaria del magnate don Luis Poma. A su vocación poética se une su ingenio e indiscutibles dotes intelectuales. Una escuela de la ciudad de Apopa lleva su nombre. Es miembro del Ateneo de El Salvador, Ateneo Salvadoreño de Mujeres, Unión de Mujeres Americanas UMA, Organización Mundial de Educación Preescolar OMEP y Club de Mujeres de Negocios y Profesionales. Ha viajado por Guatemala, Costa Rica, Panamá, los Estados Unidos, España, Francia, Italia, Suiza y Austria. Obras publicadas: "Surtidor de Trinos" (1982), "Tranvía de Ilusiones" (1984), "Fantasia" (1994)

Tierra de Infancia

                                                                     Claudia Lars Tierra de infancia es el lugar estético donde el pasado de la realidad, recuperado a través del recuerdo, alcanza actualidad por la prosa poética concretada en diversas formas estilísticas. No es, por tanto, un libro de cuentos; mucho menos una novela. Es, sencillamente, realidad del mundo y del hombre actualizada poéticamente en la dimensión de los hechos y en la dimensión de sus significados. Quizá por eso convenga mejor ir pensando en Tierra de infancia como en un libro de "memorias poéticas." En Tierra de infancia , Claudia Lars, pasada buena   parte de la vida, se empeña volitivamente en actualizar el recuerdo de un lapso importante para ella, la infancia, con origen y finitud como toda experiencia de la vida. Tierra de infancia está impregnada de amor, de alegría y de ternura. Es el rostro del amor personal, el habido por cada hecho y el habido por cada recuerdo. Pero también en Ti